En el amplio y diverso mundo de los servicios de emergencia, los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) desempeñan un papel cardinal. Sin embargo, a menudo se les relega a la percepción simplista de ser meros conductores, una visión que no solo es inexacta, sino que también desmerita la crucialidad de su labor.
En efecto, la formación de estos profesionales engloba un vasto 80% de horas dedicadas a la asistencia sanitaria, dejando en evidencia que su competencia va mucho más allá de la conducción. Su instrucción se centra en el ámbito de las emergencias prehospitalarias, dotándoles de habilidades y conocimientos esenciales para actuar eficazmente ante situaciones críticas que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Es esencial subrayar que la labor de un TES no se limita a transportar pacientes, sino que incluye una serie de procedimientos de atención médica de emergencia, tales como la valoración inicial del paciente, la aplicación de técnicas de soporte vital, administración de medicamentos, entre otros. Además, están capacitados para operar y mantener el equipamiento médico esencial, garantizando su funcionamiento óptimo en momentos donde cada segundo cuenta.
La paradoja surge al comparar la percepción pública de los TES con la de otros profesionales de emergencia, como policías y bomberos. Cuando observamos a un policía o un bombero conduciendo, la sociedad los identifica por su rol esencial de protección y rescate, y no meramente como conductores. Lamentablemente, este reconocimiento muchas veces no se extiende a los TES, quienes enfrentan una errónea reducción de su labor a la mera conducción.
Es imperativo, por lo tanto, trabajar en informar y educar a la ciudadanía sobre la relevancia y la complejidad de la labor que desempeñan los Técnicos en Emergencias Sanitarias. El respeto y el reconocimiento hacia estos profesionales no solo es una cuestión de justicia, sino que también contribuye a la valorización de una profesión que, día tras día, juega un papel central en la salvaguarda de vidas humanas.
El camino hacia el reconocimiento pleno de los TES pasa por desmontar mitos y ofrecer una visión más ajustada y respetuosa sobre la vital importancia de su trabajo. Así, podremos construir una sociedad más informada y agradecida hacia aquellos que, más allá del volante, se dedican a ofrecer una respuesta rápida y eficaz en los momentos más críticos.
COMPARTE NUESTRA INFOGRAFÍA EN TUS REDES:
