La humanización y la calidad asistencial representan un pilar fundamental en el ámbito de los servicios prehospitalarios, especialmente en lo que respecta a la atención proporcionada por los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES). Este enfoque integral abarca diversas dimensiones que son cruciales para garantizar una atención digna y eficaz a los pacientes en momentos de gran vulnerabilidad.
Primero, es esencial reconocer la situación de vulnerabilidad de los pacientes que requieren el servicio de ambulancia, ya sea en situaciones de urgencia o en servicios programados. Esta vulnerabilidad no solo se manifiesta en el plano físico debido a su condición de salud, sino también en el emocional y psicológico, dado el estrés y la incertidumbre que acompaña a tales momentos. Por ello, la humanización de la atención pasa por entender y empatizar con la situación del paciente, procurando un trato que vaya más allá de la mera asistencia técnica.
En segundo lugar, la necesidad de atender adecuadamente a los pacientes es imperativa. Esto implica no solo responder con prontitud y eficiencia ante una emergencia, sino también asegurar que el trato humano y el respeto por la dignidad del paciente sean ejes centrales de la atención. Los TES desempeñan un rol crítico en este aspecto, siendo muchas veces el primer contacto del paciente con el sistema de salud en situaciones de emergencia, y su actuación puede marcar una diferencia significativa en la percepción del paciente sobre la calidad del servicio recibido.
La tercera dimensión se refiere a la necesidad imperiosa de dotar de los medios necesarios para que los TES puedan realizar adecuadamente las asistencias y desplazamientos de dichos pacientes. La disponibilidad de equipamiento médico avanzado, vehículos adecuadamente equipados y formación continua para los técnicos son elementos esenciales que contribuyen no solo a la efectividad de la atención, sino también a su humanización. Un equipo bien preparado y con los recursos adecuados está en mejor disposición de ofrecer una atención compasiva y eficiente.
Por último, la responsabilidad total de la administración en este contexto es innegable. La administración no solo debe garantizar la dotación de medios a través de los concursos, sino también asegurar que se cumplan rigurosamente las exigencias contractuales con las empresas prestadoras del servicio. Desde PLATESA, se hace un llamado a la administración para que mejore las dotaciones asistenciales en los próximos contratos y refuerce los controles para evitar situaciones que pongan en peligro la integridad de los pacientes. Es fundamental asegurar que tanto el personal como los medios disponibles sean adecuados para proporcionar una atención que no solo sea eficaz desde el punto de vista médico, sino también profundamente humana y respetuosa.
En conclusión, la humanización y la calidad asistencial en el ámbito prehospitalario es un tema de suma importancia que requiere una visión holística y un compromiso firme por parte de todos los actores involucrados. La empatía, el respeto y la dignidad deben ser los principios rectores en la atención a los pacientes, asegurando así no solo su bienestar físico, sino también su integridad emocional y psicológica.