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«Los Técnicos en Emergencias Sanitarias: Ecos de Pasados Laborales en la Modernidad»

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En la tela de la historia laboral, los hilos de la opresión y la deshumanización han tejido patrones que resurgen en los contornos de la realidad contemporánea. Hoy, los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) en Andalucía se encuentran en una encrucijada que refleja los ecos de épocas pasadas, donde los trabajadores eran meras herramientas en manos de poderosos entes económicos.

Al explorar la situación actual de los TES, resulta inevitable trazar paralelismos con la Revolución Industrial del siglo XIX. En aquel entonces, el vapor y el carbón impulsaron las maquinarias que prometían progreso, pero a costa de la dignidad y los derechos de los trabajadores. Las fábricas se convirtieron en escenarios de explotación, con jornadas extenuantes, salarios ínfimos y condiciones insalubres. Los TES, en la actualidad, son las piezas en una maquinaria impulsada por acuerdos contractuales entre la administración autonómica y grandes conglomerados empresariales. El bienestar de estos profesionales, esenciales en la cadena de la salud pública, queda relegado a un segundo plano, eclipsado por los intereses económicos y la burocracia contractual.

El viaje al pasado no termina en las fábricas del siglo XIX. Cruzando el Atlántico, encontramos otro espejo oscuro en las plantaciones de esclavos del Sur de Estados Unidos. En ese capítulo sombrío, los trabajadores eran vistos como propiedad, sin voz ni voto en las decisiones que afectaban sus vidas y bienestar. Hoy, los TES enfrentan una despersonalización similar, su destino laboral se encuentra supeditado a acuerdos a gran escala, lejanos y despojados de la humanidad que debería prevalecer en el ámbito sanitario. Los sindicatos, que deberían ser los baluartes de los derechos laborales, parecen haberse convertido en espectadores pasivos, permitiendo que los vientos de la indiferencia erosionen las esperanzas de justicia laboral para los TES.

Esta retrospección histórica no es un mero ejercicio de nostalgia, sino una llamada urgente a reconocer y rectificar las dinámicas laborales que despojan a los TES de un trato justo y humano. Los ecos de la Revolución Industrial y las plantaciones esclavistas resuenan en los pasillos de los hospitales y en las calles donde los TES desempeñan su labor. Es imperativo que la sociedad, las instituciones y los sindicatos despierten y actúen, para que los TES sean reconocidos, respetados y recompensados de manera acorde a la esencialidad de su profesión.

La historia nos enseña que el progreso verdadero se alcanza cuando los derechos y la dignidad de cada trabajador son valorados y defendidos. Es hora de que los TES sean liberados de las cadenas contractuales que los atan a un pasado laboral que ya deberíamos haber superado.

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